martes, 30 de abril de 2013

Círculo de lectura "Las Intermitencias de la Muerte"



José de Sousa Saramago, fue el primer escritor portugués en recibir el premio Nobel de Literatura en 1998. Este escritor autodidacta publicó su primera novela en 1947 titulada Tierra de Pecado, aunque con esta obra recibió muy buenas críticas decidió no publicar durante más de veinte años. Una controvertida visión de la historia y de la cultura son el punto crucial en sus obras.

Alzado del suelo (1980) fue la novela que le reveló como el gran novelista maduro y renovador portugués, es una novela histórica, situada en el Alentejo entre 1910 y 1979, con un lenguaje campesino, una estructura sólida y documentada, un estilo humorístico y sarcástico que llamó enormemente la atención en su momento. Siguieron obras de gran interés como Memorial del Convento (1982), El Año de la Muerte de Ricardo Reis (1984), La Balsa de Piedra (1986), Historia del Cerco de Lisboa (1989), El Evangelio según Jesucristo (1991) y Ensayo sobre la Ceguera (1995), obra en la que el autor desde planteamientos éticos advierte sobre la responsabilidad de tener ojos cuando otros los perdieron.

En 2005 publica su obra Las Intermitencias de la Muerte, la cual plantea que en un país cuyo nombre no será mencionado se produce algo nunca visto desde el principio del mundo: la muerte decide suspender su trabajo letal, la gente deja de morir. La euforia colectiva se desata, pero muy pronto dará paso a la desesperación y al caos. Sobran los motivos. Si es cierto que las personas ya no mueren, eso no significa que el tiempo haya parado. El destino de los humano será una vejez eterna. Se buscarán maneras de forzar a la muerte a matar aunque no lo quiera, se corromperán las conciencias en los “acuerdos de caballeros” explícitos o tácitos entre el poder político, las mafias y las familias; los ancianos serán detestados por haberse convertido en estorbos irremovibles. Hasta el día en que la muerte decida volver…

Arrancando una vez más de una proposición contraria a la evidencia de los hechos corrientes, el Premio Nobel de Literatura, José Saramago, desarrolla una narrativa de gran fecundidad literaria, social y filosófica que sitúa en el centro la perplejidad del hombre ante la impostergable finitud de la existencia. Parábola de la corta distancia que separa lo efímero y lo eterno, Las Intermitencias de la Muerte bien podría terminar tal como empieza: “Al día siguiente no murió nadie”.